miércoles, 13 de mayo de 2015

La observación

      La observación es una técnica de recogida de información que se realiza de forma intencional  y sistemática. Aplicada dentro de un contexto escolar, supone centrarse en el comportamiento de un niño o de varios dentro de un ambiente determinado.

      En el área de Educación Infantil, esta observación será un método que aporta datos para la evaluación, ya que, según la Orden del 12/05/2009 por la que regulan las actividades evaluación para el alumnado de Infantil, el proceso evaluativo debe de ser continuo. Por este motivo se debe de ser lo más objetivo y periódico posible (se exige desde este documento que  el proceso de evaluación se use para comprobar los progresos y las dificultades de los niños para saber en qué fase del desarrollo se encuentran), centrando toda la atención en el sujeto del que se quiere reunir la información.

      Además, con la observación debemos de ser capaces de interpretar la realidad y las conductas generadas en la misma mediante registros objetivos y sistemáticos que hagamos de los datos observados. Sólo así, adecuadamente codificados y validados, se podrán incluir dentro de un marco específico de conocimiento. (Anguera, 2002).


¿Qué se pretende conseguir con la observación en un contexto educativo? 
  • Mejorar las capacidades para diferenciar entre todos los datos que nos llegan cuales son los realmente significativos.
  • Destacar las dinámicas e interacciones del aula.
  • Establecer patrones de conducta para determinar y clasificar las diferentes actitudes que presentan los niños ante situaciones concretas.
  • Determinar precisamente el nivel de desarrollo de los niños así como sus características específicas en cuanto a interacciones y rasgos de personalidad.
  • Comprobar qué situaciones suponen un peligro para el equilibrio personal del niño e intervenir en caso necesario.
  • Adaptar los aprendizajes a las características específicas de los niños, de tal manera que resulten lo más idóneos posibles para el grupo. 
      La observación, desde un punto de vista más científico, está condicionada por los objetivos impuestos al proyecto, de ahí que deba de estar especialmente planificada. Pero ¿Cómo planificamos la observación en el aula?


      En primer lugar debemos escoger la manera en que observamos. Si a partir de los conocimientos teóricos hacemos una observación e interpretamos los datos obtenidos, nos encontramos ante un proceso DEDUCTIVO. Si primero se realiza una recopilación de datos y posteriormente se los relaciona con la teoría y entre sí, nos encontramos ante un proceso INDUCTIVO

      En cualquier caso, lo importante es encontrar datos que expliquen las diferentes conductas manifiestas, comportamientos e interacciones dentro del aula. Aunque para ello, lo primero es asegurar que el niño encuentre cómodo el ambiente para expresarse de forma natural. 

      En segundo lugar, tenemos que tener claros algunos aspectos relativos a la puesta en práctica de esta técnica, como escoger el la ocurrencia, la frecuencia, la duración, el orden la intensidad o la adecuación de la misma.


      A continuación hay que seleccionar los instrumentos a través de los cuales se va a desarrollar esta técnica. Según el tipo de observación y los objetivos previstos para el estudio podremos decantarnos por uno o varios tipos instrumentos, como por ejemplo diarios de clases, escalas de observación, registros anecdóticos o sistemas de categorías.

  • Diario de clases: Este instrumento registra situaciones, experiencias y acciones diversas que llamen la atención a lo largo del período de investigación.
  • Escalas de observaciones: registran opiniones o estimaciones de los alumnos respectos a los objetivos logrados a lo largo del programa
  • Registros anecdóticos: se utilizan para describir situaciones especialmente significativas.
  • Sistemas de categorías: Se realizan tras una exhaustiva búsqueda bibliográfica, habiendo definido la clasificación en base a la cual interpretaremos los datos. 

      El cuarto paso de la observación sería el que nos lleva a escoger cuando, a quién y en qué situación se va a llevar cabo esta técnica, así como el grado de implicación del observador.

      Terminadas estas estas etapas previas, se deben realizar las fases de la observación propiamente dicha.
  1. Recogida de datos: esto se da gracias a los instrumentos seleccionados.
  2. Análisis de la información y codificación de datos: se debe comprobar que la información  se adecúa al objetivo perseguido y los datos deben compararse entre sí para poder llegar al siguiente paso.  
  3. Conclusiones y discusiones. Contrastación con la teoría: Se realiza los datos analizados una contrastación con la teoría y con las fuentes bibliográficas disponibles para verificar su validez.
  4. Informe y resultados: Con todo lo recopilado y analizado, se realiza un informe que sirva para exponer datos y conclusiones. 






BIBLIOGRAFÍA:
  • BALLESTÍN, B. (2006). “Immigració i identitats a l’escola primària: un joc de nens?”(Artículo ganador del Premio de Comunicación Científica Joan Lluís Vives 2006). En El Temps, núm. 1.166, octubre de 2006.
  • LOUGHLIN, C. E. y SUINA, J. H. (2002): El ambiente de aprendizaje. Diseño y organización. Madrid: Morata, (Ministerio de Educación y Ciencia).
  • SÁIZ, M. C. & ROMÁN, J. M. (1996). Programa de entrenamiento cognitivo para niños pequeños. Madrid: CEPE (Segunda edición).
  • PAMO, M.M.: Tema 10 de observación. Disponible en  http://www.psicocode.com/resumenes/10fundamentos.pdf

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