miércoles, 13 de mayo de 2015

La investigación acción en el ámbito educativo.

La aplicación del método científico en el campo de la educación se fundamenta en la necesidad de revisar una serie de fenómenos relacionados con el mismo, para darles una explicación y si lo necesitasen, solución a los diferentes problemas que se plantean dentro de la realidad pedagógica.

Los antecedentes de este tipo de experiencias en el colegio se derivan del campo de las ciencias sociales, donde autores como Lewin y Dewey resaltaban de ellas su carácter participativo y democrático por parte de los implicado/as así como la contribución al cambio social por medio del pensamiento crítico y reflexivo.




Este tipo de proyectos sistemáticos requieren de la actuación de todos los integrantes de la comunidad educativa (niños/as, profesores/as, padres y madres, etc.) en diversas situaciones sociales, con el fin de que se puedan mejorar las prácticas socio-educativas a través de la comprensión del contexto.

Los procesos de investigación acción dentro del ámbito de la educación están caracterizados por necesitar de una gran reflexión acerca de toda la acción y de una precisa sistematización de los pasos a seguir para evitar pérdidas de información o alteraciones de la misma que nos alejarían de la meta que perseguimos. Además, se da la circunstancia de que durante su realización, el investigador/a y el investigado/a mantienen una relación especial, ya que son, generalmente maestro/as y alumno/as o bien maestro/a y padres y madres de alumnos/as.

El carácter de las estrategias utilizadas en esta clase de experiencias es circular. Una vez se inician con la persecución de un propósito, se lleva  a cabo una reflexión por parte del profesorado sobre su práctica educativa, y esta reflexión tiene una repercusión, en la calidad de aprendizaje y en los procesos de enseñanza que influyen en la metodología de la investigación, escogida con un propósito que lleva nuevamente a una reflexión… etc.



En definitiva, lo que se pretende es mejorar la realidad educativa desde la reflexión que los participantes en la investigación llevan a cabo sobre el escenario de la enseñanza a partir de un problema concreto vinculado con la actividad docente. Esta reflexión tiene como resultado una actuación sobre la realidad que persigue esa mejora cuya búsqueda inició el proceso.

Pero ¿quién ella a cabo las investigaciones-acciones dentro de las aulas? Normalmente son los encargados de las mismas, los docentes, en colaboración con sus estudiantes, con el fin de generar los cambios educativos que consideran necesarios.

Estos docentes, aunque tienen como misión principal enseñar, no podrían desarrollar plenamente toda su capacidad si no realizan un juicio crítico de su entorno, juicio que debe ser avalado por su propia investigación sobre el mismo. No se entiende la docencia sin esta faceta del maestro/a, que permite a un mismo tiempo solucionar los problemas que van surgiendo dentro del contexto educativo y la mejora constante de la formación y competencias de los participantes en los proyectos. 



El maestro/a, en su papel de investigador, gestiona los recursos disponibles para los proyectos realizados, organiza las discusiones, facilita el proceso actuando de guía y catalizador de problemas, se interesa por las nuevas investigaciones desarrolladas desde el punto de vista escolar, sigue un esquema ordenado para las intervenciones que realiza y tiene presente que puede necesitar hacer cambios tanto en lo personal como en lo metodológico. Todo ello para conseguir mejorar la acción educativa desde dentro.

En definitiva ¿Por qué emplear un proceso de investigación-acción dentro de un aula?

Porque…

     … permite ver la realidad de forma objetiva, y detallada ya que hay técnicas para la recogida de datos muy minuciosas en ese aspecto.

… los resultados están directamente relacionados con el contexto.

… la tarea educativa se ve justificada por todo lo desarrollado, analizado y cotejado.

… la práctica docente evoluciona y avanza, eliminando problemas tanto a nivel de grupo como a nivel personal, al ampliar los conocimientos de las personas implicadas en el desarrollo de estas iniciativas.


Modalidades de la investigación-acción.

La investigación-acción puede desarrollarse en el aula de varias maneras, dependiendo de las habilidades y actitudes que se quieran potenciar durante el proceso.

  • Modalidad técnica:
     Este tipo de modalidad fue desarrollado por Lewin en 1946. El autor entendía la investigación-acción como la elaboración de un plan de intervención diseñado y aplicado con el fin de resolver diferentes problemas y mejorar la formación de los profesionales.  
            
      Según su planteamiento, los agentes externos a la investigación-acción actúan como responsables expertos de la misma, y establecen las pautas que se deben seguir y que se relacionan con los implicado/as dentro del proceso

Para Lewin, la investigación-acción se configura de tres pasos fundamentales, que se suceden en un ciclo de acción reflexiva. Estos pasos son: 1. Planificación; 2. Acción; 3. Evaluación de la acción. Este proceso comienza con una idea general en relación con un tema de estudio determinado, a partir de la cual se elabora un plan de acción. El plan se revisa, mejorándolo o modificándolo según la realidad en la cual se va a poner en práctica y posteriormente se realiza. La puesta en marcha de lo planeado es revisada y a la luz de los resultados aportados se proyecta el segundo paso de la experiencia.


  • Modalidad práctica:
      Esta perspectiva fue desarrollada en los trabajos de Stenhouse (1998) y de Elliot (1993). Como su propio nombre indica, el objetivo fundamental que se persigue con ella es el desarrollo del pensamiento práctico, por lo que se confiere una gran autonomía de acción a los implicados en la investigación-acción, asesorados por varios consultores. Todo ello debe conllevar el uso de la reflexión y el diálogo para tomar conciencia de diferentes realidades y  transformar ideas y prácticas sociales.

      Tanto la práctica como la investigación se relacionan directamente con la figura del docente.

      Dentro de esta perspectiva práctica, Elliot (1993) elabora un modelo basado en el desarrollado circular de Lewin. El modelo de Elliot contaba con los siguientes pasos:
  •  Identificación de una idea general.
  •  Descripción e interpretación del problema a investigar.
  •  Exploración o planteamiento de la hipótesis de acción creada para modificar la práctica.
  •  Construcción del plan de acción.
  •  Puesta en práctica del plan de acción.
  •  Evaluación.
  •  Revisión del plan general.

  • Modalidad crítica:
    Esta última modalidad fue desarrollada por Kemmis (1989) y se apoya en el  modelo de Lewin. La perspectiva crítica se apoya en dos ejes como medio de enfocar la investigación–acción hacia la enseñanza:

a) El estratégico, especialmente en lo referente a acción y reflexión.
b) El organizativo, en lo que refiere a la planificación y la observación.

      La interacción de ambos factores debería llevar a la resolución de distintos problemas y la comprensión por parte del ejecutor del proyecto, de la acción educativa.

      Los pasos que se siguen desde esta perspectiva para poder completar la tarea impuesta son los siguientes:

-          Planificación
-          Acción
-          Observación
-          Reflexión

Ordenados todos ellos, como ya ocurría con las otras teorías de forma circular.




PROCESO DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN:

       A pesar de las diferentes modalidades empleadas para tratar de gestionar y planificar los pasos que se deben seguir dentro de un proceso de investigación-acción, tomaremos como referencia el esquema de García Llamas (2003) para describir paso a paso cada una de las tareas que implica este tipo de estudios.

1.       REALIDAD EDUCATIVA:

      La Realidad educativa supone el punto de partida para describir el contexto que nos rodea y desde el cual queremos hacer una intervención para cambiar o aprender algo de la realidad.

1.1. Exploración inicial:

      Para poder desarrollar plenamente la práctica se deben conocer las características propias  del ambiente en el que se desarrollará, en la llamada exploración inicial.

1.2.  Experiencia práctica:

Identificado a grandes rasgos el problema  y el entorno en el que se produce, es necesario hacer una revisión de la teoría que existe sobre el mismo, es decir, de los estudios que preceden a nuestra investigación. Estos estudios nos permitirán entender mejor la situación en la que nos encontramos y favorecerán la realización de modificaciones en caso de que se den factores lo requieran.




2.       PLANIFICACIÓN Y DISEÑO:

2.1. Identificar al grupo:

     La identificación del grupo requiere un examen minucioso de las personas involucradas en el proceso y las funciones que desempeñarán dentro del mismo, así como las relaciones entre ellas.

2.2. Definir el problema:

     El problema, una vez realizados todos los pasos anteriores, ya puede ser enunciado de forma precisa. Para ello contamos con tres etapas que permitirán la eliminación de cualquier matiz difuso o error en la redacción del mismo.

a)  Patentizar la percepción que se tiene del problema: Esto es, establecer algunas pautas de acción que nos ayuden a quedarnos con lo esencial. Dichas pautas son: la percepción personal que se tiene del problema y su planteamiento; los posibles obstáculos que existen en el contexto local respecto a él, las facilidades su objeciones que podrían presentarse desde el plano social, institucional y burocrático y algunos rasgos generales de cómo se cree que podría desarrollarse el proyecto.

b) Cuestionamiento de la presentación del problema: Cuando se ha llevado a cabo el primer paso, se debe realizar un análisis crítico del mismo, así como del conocimiento que se cree tener sobre las personas y las cosas que pueden entrar a formar parte de la experiencia. Se trata de dar objetividad a la percepción que se tiene del problema a estudiar.

c) Replanteamiento del problema: Realizados los pasos uno y dos, en función de lo que se haya concluido de la revisión objetiva de la cuestión que será el núcleo del estudio, se reformula más verídicamente y de forma realista el problema inicial, derivándolo hacia posibles hipótesis y medidas de actuación encaminadas a encontrar una solución del mismo.




2.3. Formular los objetivos.

      Teniendo ya un problema que resolver concretado, y una hipótesis para su resolución, se deben especificar más claramente los objetivos que se quieren conseguir con la experiencia, y que deben dar respuesta a los planteamientos aportados por la suposición realizada.

3.       METODOLOGÍA DE TRABAJO

3.1.  Variables implicadas:

      Aquellos aspectos que tendrán influencia en el estudio y que se encuentren relacionados con los objetivos y preguntas de la investigación, deben de ser claramente identificados y definidos para evitar que su intervención desvíe el proceso de investigación-acción de los objetivos que deseamos conseguir.

3.2.  Técnicas e instrumentos.

      Las técnicas e instrumentos empleados para la recogida  de la información tienen que ser escogidos según la naturaleza del estudio, las hipótesis y  objetivos establecidos.

3.3.  Procedimientos e instrumentos:

Además, se debe hacer diferencia entre las técnicas, es decir, los procesos que se llevan a cabo para recoger información (entrevistas, observación, etc.) de los instrumentos, que son los medios empleados para poder desarrollar las técnicas y que las matizan (cuestionarios de entrevista que pueden ser abiertos o cerrados; videograbaciones u observación directa, que puede ser participante o no participante, etc.)




4.       ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN

4.1.  Análisis de datos:
      
      El análisis de los datos se llevará a cabo según la naturaleza de los mismos, y esta naturaleza viene en buena medida determinada por los instrumentos utilizados. Así podemos contar con análisis cualitativos y con análisis cuantitativos.

4.2.  Interpretación de datos.

      La interpretación de datos hace referencia al significado que estos aportan en relación con el tema que se está estudiando, y su valor como fuente de información para prever en base a ellos las medidas de actuación a desarrollar.

5.       INFORME Y PLAN DE ACCIÓN:

5.1. Redacción del informe:

      Todos los datos obtenidos deben de tener una cohesión en su exposición y mostrar lo que aportan para el estudio y resolución del problema, motivo por el cual deben ser presentados en un informe que facilite la elaboración de posteriores intervenciones.

5.2. Plan de acción:

      En base a los datos del informe, se preparan una serie de actuaciones que nos permitan influir sobre la realidad estudiada y solventar las posibles dificultades que han llevado a la elaboración del estudio. Dichas actuaciones también se exponen como hipotéticamente válidas, pero se deberán reunir datos de su puesta en acción que verifiquen o no esta teoría, dando origen a un nuevo ciclo de todo el proceso. 

Así, diferentes perspectivas, pero una gran consideración hacia los pasos a seguir en cada una de ellas, nos permiten presentar experiencias investigadoras dentro de la práctica educativa con el fin de hacerla avanzar eliminando los problemas y elementos obsoletos que en ella se encuentran.




BIBLIOGRAFÍA
  •  LÓPEZ, SÁENZ. C. (2003). Enseñar a pensar desde la Fenomenología. Filosofía y niños. En https://www.bu.edu/wcp/Papers/Chil/ChilSaen.htm
  •  HEIDEGGER, MARTIN (2003). Ser y tiempo. Editorial Trota, Madrid.
  •  MORENO, W. (2005): “Un desfijador de significado para la intervención de lo corporal en el medio escolar2. En revista Iberoamericana de Educación, Nº 39 págs. 169-205. Madrid.
  •  GÓMEZ HERNANDES A. I.; TORRES PINEDA, A.; VARGAS FLORES P.; VARGAS RIVERA D.; YLLESCAS CARRILLO J. (2010) “Metodología de las ciencias sociales y humanas investigación-acción”. (Presentación en power point) Disponible en:     http://es.slideshare.net/pavelillo21/investigacinaccin

  

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