La aplicación del método
científico en el campo de la educación se fundamenta en la necesidad de revisar
una serie de fenómenos relacionados con el mismo, para darles una explicación y
si lo necesitasen, solución a los diferentes problemas que se plantean dentro
de la realidad pedagógica.
Los antecedentes de este tipo de
experiencias en el colegio se derivan del campo de las ciencias sociales, donde
autores como Lewin y Dewey resaltaban de ellas su carácter participativo y democrático
por parte de los implicado/as así como la contribución al cambio social por
medio del pensamiento crítico y reflexivo.
Este tipo de proyectos
sistemáticos requieren de la actuación de todos los integrantes de la comunidad
educativa (niños/as, profesores/as, padres y madres, etc.) en diversas
situaciones sociales, con el fin de que se puedan mejorar las prácticas
socio-educativas a través de la comprensión del contexto.
Los procesos de investigación
acción dentro del ámbito de la educación están caracterizados por necesitar de
una gran reflexión acerca de toda la acción y de una precisa sistematización de
los pasos a seguir para evitar pérdidas de información o alteraciones de la
misma que nos alejarían de la meta que perseguimos. Además, se da la
circunstancia de que durante su realización, el investigador/a y el investigado/a
mantienen una relación especial, ya que son, generalmente maestro/as y
alumno/as o bien maestro/a y padres y madres de alumnos/as.
El carácter de las estrategias utilizadas
en esta clase de experiencias es circular. Una vez se inician con la
persecución de un propósito, se lleva a
cabo una reflexión por parte del profesorado sobre su práctica educativa, y
esta reflexión tiene una repercusión, en la calidad de aprendizaje y en los
procesos de enseñanza que influyen en la metodología de la investigación,
escogida con un propósito que lleva nuevamente a una reflexión… etc.
En definitiva, lo que se
pretende es mejorar la realidad educativa desde la reflexión que los
participantes en la investigación llevan a cabo sobre el escenario de la
enseñanza a partir de un problema concreto vinculado con la actividad docente.
Esta reflexión tiene como resultado una actuación sobre la realidad que
persigue esa mejora cuya búsqueda inició el proceso.
Pero ¿quién ella a cabo las
investigaciones-acciones dentro de las aulas? Normalmente son los encargados de
las mismas, los docentes, en colaboración con sus estudiantes, con el fin de
generar los cambios educativos que consideran necesarios.
Estos docentes, aunque tienen
como misión principal enseñar, no podrían desarrollar plenamente toda su
capacidad si no realizan un juicio crítico de su entorno, juicio que debe ser
avalado por su propia investigación sobre el mismo. No se entiende la docencia
sin esta faceta del maestro/a, que permite a un mismo tiempo solucionar los
problemas que van surgiendo dentro del contexto educativo y la mejora constante
de la formación y competencias de los participantes en los proyectos.
El maestro/a, en su papel de investigador, gestiona los recursos disponibles para los proyectos realizados, organiza las discusiones, facilita el proceso actuando de guía y catalizador de problemas, se interesa por las nuevas investigaciones desarrolladas desde el punto de vista escolar, sigue un esquema ordenado para las intervenciones que realiza y tiene presente que puede necesitar hacer cambios tanto en lo personal como en lo metodológico. Todo ello para conseguir mejorar la acción educativa desde dentro.
El maestro/a, en su papel de investigador, gestiona los recursos disponibles para los proyectos realizados, organiza las discusiones, facilita el proceso actuando de guía y catalizador de problemas, se interesa por las nuevas investigaciones desarrolladas desde el punto de vista escolar, sigue un esquema ordenado para las intervenciones que realiza y tiene presente que puede necesitar hacer cambios tanto en lo personal como en lo metodológico. Todo ello para conseguir mejorar la acción educativa desde dentro.
En definitiva ¿Por qué emplear
un proceso de investigación-acción dentro de un aula?
Porque…
… permite ver la realidad de forma objetiva, y detallada ya que hay técnicas para la recogida de datos muy minuciosas en ese aspecto.
… los resultados están
directamente relacionados con el contexto.
… la tarea educativa se ve
justificada por todo lo desarrollado, analizado y cotejado.
… la práctica docente evoluciona
y avanza, eliminando problemas tanto a nivel de grupo como a nivel personal, al
ampliar los conocimientos de las personas implicadas en el desarrollo de estas
iniciativas.
Modalidades de la investigación-acción.
La investigación-acción puede desarrollarse en el aula de varias maneras, dependiendo de las habilidades y actitudes que se quieran potenciar durante el proceso.
- Modalidad técnica:
Este
tipo de modalidad fue desarrollado por Lewin en 1946. El autor entendía la
investigación-acción como la elaboración de un plan de intervención diseñado y
aplicado con el fin de resolver diferentes problemas y mejorar la formación de
los profesionales.
Según
su planteamiento, los agentes externos a la investigación-acción actúan como
responsables expertos de la misma, y establecen las pautas que se deben seguir
y que se relacionan con los implicado/as dentro del proceso
Para
Lewin, la investigación-acción se configura de tres pasos fundamentales, que se
suceden en un ciclo de acción reflexiva. Estos pasos son: 1. Planificación; 2.
Acción; 3. Evaluación de la acción. Este proceso comienza con una idea general
en relación con un tema de estudio determinado, a partir de la cual se elabora
un plan de acción. El plan se revisa, mejorándolo o modificándolo según la
realidad en la cual se va a poner en práctica y posteriormente se realiza. La
puesta en marcha de lo planeado es revisada y a la luz de los resultados
aportados se proyecta el segundo paso de la experiencia.
Esta
perspectiva fue desarrollada en los trabajos de Stenhouse (1998) y de Elliot
(1993). Como su propio nombre indica, el objetivo fundamental que se persigue
con ella es el desarrollo del pensamiento práctico, por lo que se confiere una
gran autonomía de acción a los implicados en la investigación-acción,
asesorados por varios consultores. Todo ello debe conllevar el uso de la
reflexión y el diálogo para tomar conciencia de diferentes realidades y transformar ideas y prácticas sociales.
Tanto
la práctica como la investigación se relacionan directamente con la figura del
docente.
Dentro
de esta perspectiva práctica, Elliot (1993) elabora un modelo basado en el
desarrollado circular de Lewin. El modelo de Elliot contaba con los siguientes
pasos:
- Identificación de una idea general.
- Descripción e interpretación del problema a investigar.
- Exploración o planteamiento de la hipótesis de acción creada para modificar la práctica.
- Construcción del plan de acción.
- Puesta en práctica del plan de acción.
- Evaluación.
- Revisión del plan general.
- Modalidad crítica:
Esta
última modalidad fue desarrollada por Kemmis (1989) y se apoya en el modelo de Lewin. La perspectiva crítica se
apoya en dos ejes como medio de enfocar la investigación–acción hacia la enseñanza:
a) El estratégico, especialmente en lo referente a acción y reflexión.
b) El organizativo, en lo que refiere a la planificación y la
observación.
La
interacción de ambos factores debería llevar a la resolución de distintos
problemas y la comprensión por parte del ejecutor del proyecto, de la acción
educativa.
Los
pasos que se siguen desde esta perspectiva para poder completar la tarea
impuesta son los siguientes:
-
Planificación
-
Acción
-
Observación
PROCESO DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN:
A
pesar de las diferentes modalidades empleadas para tratar de gestionar y
planificar los pasos que se deben seguir dentro de un proceso de
investigación-acción, tomaremos como referencia el esquema de García Llamas
(2003) para describir paso a paso cada una de las tareas que implica este tipo
de estudios.
1.
REALIDAD EDUCATIVA:
La
Realidad educativa supone el punto de partida para describir el contexto que
nos rodea y desde el cual queremos hacer una intervención para cambiar o
aprender algo de la realidad.
1.1. Exploración inicial:
Para
poder desarrollar plenamente la práctica se deben conocer las características propias del ambiente en el que se desarrollará, en la
llamada exploración inicial.
1.2. Experiencia práctica:
Identificado a grandes rasgos el
problema y el entorno en el que se
produce, es necesario hacer una revisión de la teoría que existe sobre el
mismo, es decir, de los estudios que preceden a nuestra investigación. Estos estudios
nos permitirán entender mejor la situación en la que nos encontramos y
favorecerán la realización de modificaciones en caso de que se den factores lo
requieran.
2. PLANIFICACIÓN Y DISEÑO:
2.1. Identificar al grupo:
La identificación del grupo
requiere un examen minucioso de las personas involucradas en el proceso y las
funciones que desempeñarán dentro del mismo, así como las relaciones entre
ellas.
2.2. Definir el problema:
El
problema, una vez realizados todos los pasos anteriores, ya puede ser enunciado
de forma precisa. Para ello contamos con tres etapas que permitirán la
eliminación de cualquier matiz difuso o error en la redacción del mismo.
a) Patentizar la percepción que se
tiene del problema:
Esto es, establecer algunas pautas de acción que nos ayuden a quedarnos con lo
esencial. Dichas pautas son: la percepción personal que se tiene del problema y
su planteamiento; los posibles obstáculos que existen en el contexto local
respecto a él, las facilidades su objeciones que podrían presentarse desde el plano
social, institucional y burocrático y algunos rasgos generales de cómo se cree
que podría desarrollarse el proyecto.
b) Cuestionamiento de la presentación del problema: Cuando se ha llevado a cabo el primer paso, se debe realizar un análisis crítico del mismo, así como del conocimiento que se cree tener sobre las personas y las cosas que pueden entrar a formar parte de la experiencia. Se trata de dar objetividad a la percepción que se tiene del problema a estudiar.
c) Replanteamiento del problema: Realizados los pasos uno y dos, en función de lo que se haya concluido de la revisión objetiva de la cuestión que será el núcleo del estudio, se reformula más verídicamente y de forma realista el problema inicial, derivándolo hacia posibles hipótesis y medidas de actuación encaminadas a encontrar una solución del mismo.
2.3. Formular los objetivos.
Teniendo ya un problema que
resolver concretado, y una hipótesis para su resolución, se deben especificar
más claramente los objetivos que se quieren conseguir con la experiencia, y que
deben dar respuesta a los planteamientos aportados por la suposición realizada.
3. METODOLOGÍA DE TRABAJO
3.1. Variables implicadas:
Aquellos
aspectos que tendrán influencia en el estudio y que se encuentren relacionados
con los objetivos y preguntas de la investigación, deben de ser claramente
identificados y definidos para evitar que su intervención desvíe el proceso de
investigación-acción de los objetivos que deseamos conseguir.
3.2. Técnicas e instrumentos.
Las
técnicas e instrumentos empleados para la recogida de la información tienen que ser escogidos
según la naturaleza del estudio, las hipótesis y objetivos establecidos.
3.3. Procedimientos e instrumentos:
Además,
se debe hacer diferencia entre las técnicas, es decir, los procesos que se
llevan a cabo para recoger información (entrevistas, observación, etc.) de los
instrumentos, que son los medios empleados para poder desarrollar las técnicas
y que las matizan (cuestionarios de entrevista que pueden ser abiertos o
cerrados; videograbaciones u observación directa, que puede ser participante o
no participante, etc.)
4. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN
4.1. Análisis de datos:
El análisis de los datos se llevará a cabo según la naturaleza de los mismos, y esta naturaleza viene en buena medida determinada por los instrumentos utilizados. Así podemos contar con análisis cualitativos y con análisis cuantitativos.
4.2. Interpretación de datos.
La interpretación de datos hace
referencia al significado que estos aportan en relación con el tema que se está
estudiando, y su valor como fuente de información para prever en base a ellos
las medidas de actuación a desarrollar.
5. INFORME Y PLAN DE ACCIÓN:
5.1. Redacción del informe:
Todos los datos obtenidos deben
de tener una cohesión en su exposición y mostrar lo que aportan para el estudio
y resolución del problema, motivo por el cual deben ser presentados en un
informe que facilite la elaboración de posteriores intervenciones.
5.2. Plan de acción:
En
base a los datos del informe, se preparan una serie de actuaciones que nos
permitan influir sobre la realidad estudiada y solventar las posibles
dificultades que han llevado a la elaboración del estudio. Dichas actuaciones
también se exponen como hipotéticamente válidas, pero se deberán reunir datos
de su puesta en acción que verifiquen o no esta teoría, dando origen a un nuevo
ciclo de todo el proceso.
Así,
diferentes perspectivas, pero una gran consideración hacia los pasos a seguir
en cada una de ellas, nos permiten presentar experiencias investigadoras dentro
de la práctica educativa con el fin de hacerla avanzar eliminando los problemas
y elementos obsoletos que en ella se encuentran.
BIBLIOGRAFÍA
- LÓPEZ, SÁENZ. C. (2003). Enseñar a pensar desde la Fenomenología. Filosofía y niños. En https://www.bu.edu/wcp/Papers/Chil/ChilSaen.htm
- HEIDEGGER, MARTIN (2003). Ser y tiempo. Editorial Trota, Madrid.
- MORENO, W. (2005): “Un desfijador de significado para la intervención de lo corporal en el medio escolar2. En revista Iberoamericana de Educación, Nº 39 págs. 169-205. Madrid.
- GÓMEZ HERNANDES A. I.; TORRES PINEDA, A.; VARGAS FLORES P.; VARGAS RIVERA D.; YLLESCAS CARRILLO J. (2010) “Metodología de las ciencias sociales y humanas investigación-acción”. (Presentación en power point) Disponible en: http://es.slideshare.net/pavelillo21/investigacinaccin
No hay comentarios:
Publicar un comentario