viernes, 15 de mayo de 2015

Investigación- acción IV: Enfoques fundamentales y áreas de actuación en el plano educativo.

Los enfoques dados a la investigación-acción son tan variados como características se le han encontrado al proceso. García Llamas (2003) expone aquellos que considera más significativos en el campo de la educación.


Investigación-acción del profesor:

    Este es un enfoque que nos muestra la investigación desarrollada en el marco escolar donde, según Elliot (1990), el profesor analiza diversas situaciones humanas que son susceptibles de cambios, que necesitan una intervención práctica o que presentan características inaceptables. Ante esta clase de escenarios, el profesor busca conocer más profundamente el contexto en el que se mueve,  relacionándolo con la teoría e interpretando hechos junto con otras personas directamente implicadas, con las que se mantiene en constante contacto.
     Este enfoque está destinado a fomentar la formación permanente de los docentes y resulta muy útil para adaptar su labor a la realidad en la que se desarrollar su actividad. Para ello, según Pérez Serrano (1994), desarrolla estrategias y métodos de actuación adaptados a su entorno; descubre los campos de intervención en los que debe poner en práctica sus planes de acción, favorece el desarrollo de nuevas técnica de trabajo y la creación de instrumentos como medio para hacer las alternativas propuestas más participativas y democráticas.
      Esta perspectiva muestra como el docente se debe volver crítico con su propia tarea para mejorar en todas las áreas de su actividad.


Investigación participativa:

        Este tipo de investigación en su origen se centró más en la educación de adultos, como medio de volver más democrático su sistema de enseñanza (aunque actualmente se ha derivado hacia todos los campos de la educación, como  los proyectos de alfabetización, trabajos en grupo y la educación no formal).  Generalmente se usa como intervención con grupos marginales, de ahí que algunos autores la consideren una propuesta de carácter casi social.

      Según De Miguel (1989), este enfoque se caracteriza por ofrecer una serie de conocimientos sobre una determinada realidad social. Pérez Serrano (1994) complementa diciendo que el proceso se lleva a cabo dentro de una comunidad, que es una tarea común. Así pues, no puede entender la investigación participativa sin la colaboración de un grupo de personas que se encuentran inmersas dentro de una misma realidad social.

                Este proceso se caracteriza porque:
  • Los problemas estudiados son propios de la vida cotidiana de la comunidad y el objetivo último es cambiar aquello que la  impide evolucionar favorablemente.
  • Los participantes del proceso lo llevan a cabo en su totalidad, con toma de decisiones y control sobre la acción.
  • Todas las actuaciones se deciden de forma democrática, con el consentimiento dialogado de todo el mundo.
  • Se enfoca hacia grupos sociales marginados u oprimidos.

               Con estas características se pretende  cumplir con los siguientes objetivos.
  • Dar una explicación razonada desde un contexto.
  • Aplicar adecuadamente los datos para elaborar estrategias de actuación eficaces.
  • Implicar personalmente a los miembros de la comunidad dentro del proyecto.
        Puesto que requiere de la organización no sólo de los datos y su recogida, sino también de una gran cantidad de personas, este tipo de investigación requiere de unos pasos muy concretos, que De Miguel (1989) citaba de esta manera una:

  • Fase de decisión, para decidir qué problema investigar, señalar los objetivos y delimitar el marco de acción, participantes y recursos.
  • Fase de elaboración y ejecución el plan, para preparar a la comunidad, realizar un estudio de campo y ordenar e interpretar la información obtenida.
  • Fase de aplicación de los conocimientos para analizar las posibles vías de actuación y aplicar las estrategias escogidas.
        Aquí podría pensarse que acaba el proyecto, pero generalmente la información obtenida nos lleva siempre hacia otro problema para investigar, dándose una retroalimentación permanente y un constante espíritu de cambio.



Investigación cooperativa:

      El rasgo más distintivo de esta metodología es su fundamentación en la colaboración. Es necesaria una decisión de agrupamiento por parte de los investigadores para poder llevar a cabo su estudio. De esta manera, cada uno de los implicados actúa según un papel diferente dentro del proceso, pero los objetivos son comunes.

          Cada equipo debía estar formado, según Ward y Tikunoff  (1982) por al menor un investigador, un profesor y un técnico de desarrollo. El equipo toma decisiones relativas a cualquier punto del proceso, y como los problemas investigados conciernen a todos, el equipo trabaja de forma simultánea para llevar a cabo la investigación.

        Oja y Pine (1983), según indica García Llamas (2003), muestran los siguientes elementos importantes dentro de una investigación cooperativa.

  • Todos contribuyen en la definición de los problemas.
  • La facultad y el profesor adscritos colaboran en el proyecto.
  • Los resultados se utilizan para encontrar la solución de los problemas.
  • Los profesores e investigadores amplían sus conocimientos y habilidades durante el proceso y todos son coautores dela investigación.

          Las técnicas que se utilizan en el desarrollo de este proceso suelen tener un carácter inductivo, y es frecuente utilizar la investigación etnográfica. Además de una clara tendencia hacia el inductismo, partiendo con la base de la observación, muestra también una faceta subjetiva en los datos; una faceta generativa derivada del tratamiento de informaciones concretas con carácter común; y una faceta constructiva, fundamentada en el análisis, la observación y la descripción.

          Entre las características que Bartolomé (1994) ofrece de la investigación cooperativa destacan:
  • El diálogo entre las instituciones implicadas.
  • La organización de los grupos
  • Ir de las necesidades sentidas a las necesidades reales.
  • La elaboración de un plan de trabajo.
  • La formación de los implicados.
  • Las estrategias de aproximación a la realidad.
  • El análisis de datos
  • La elaboración de informes.
  • Todo ello asegurando el rigor científico en todo momento.


Áreas de aplicación en el campo educativo: 

    Son numerosas las áreas en las cuales la investigación-acción puede darse como método para mejorar una realidad. Desde el punto de vista educativo, estas intervenciones se pueden llevar a cabo por ejemplo para:

  • Conseguir métodos de enseñanza más innovadores frente a los tradicionales.
  • Crear estrategias de aprendizaje diferencias.
  • Tener procedimiento de evaluación mejorados.
  • Fomentar actitudes y valores de la sociedad en que se actúa.
  • Favorecer la formación de los docentes .
  • Potenciar las relaciones con la administración.
  • Mejorar las interrelaciones a nivel comunitario, con grupos marginados y desplazados socialmente.
  • Fomentar el espíritu social y ciudadano.
  • Mejorar la formación ocupacional y los programas derivados de ellos.
  • Ampliar la formación del profesorado, ya sea en su inicio o a lo largo de su actuación docente.
  • Desarrollar el currículo.
  • Mejorar la organización escolar y la evaluación de los centros e instituciones.
  • Planificar a toma de decisiones.
  • Potencias la educación de adultos.

       En definitiva, son muchísimos los campos en los que se puede aplicar una investigación-acción propiciando la mejora de la realidad estudiada y la formación constante de los implicados dentro del proceso.

BIBLIOGRAFÍA:

GARCÍA LLAMAS, J. L. (2003): Métodos de investigación en educación: la investigación cualitativa y evaluativa en educación. Madrid: UNED

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